¿Qué tanto se cubren las empresas de los riesgos ante la volatilidad del dólar?

Siete de cada diez empresas consideran que el dólar es relevante en el comportamiento de los valores de los activos, pasivos o ingresos, pero solo la mitad de las compañías asegura usar instrumentos financieros (derivados) para gestionar los riesgos que provienen de la tasa de cambio.

Un derivado es “un acuerdo de compra o venta de un activo determinado, en una fecha futura específica y a un precio definido”, según lo precisa la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) y esto es de lo que hablaron los empresarios que participaron en la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (Eoic) de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).

En ella, además, solo la mitad de los participantes aceptó tener una política clara en el uso de riesgos de derivados para gestionar este inconveniente en sus cuentas.

“En Colombia no tenemos una cultura de aseguramiento y cuando eso se lleva a las inversiones, esto es lo que produce, que los empresarios prefieren asumir el riesgo”, aseguró Jaime Alberto Rendón, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle.

El asunto es importante si se tiene en cuenta que el año inició con el dólar a 2.984 pesos por divisa, y para hoy, la tasa quedó en 2.898,36; es decir, cayó 85,7 pesos según datos de la Superintendencia Financiera de Colombia.

En el transcurso del año la cifra tocó mínimos en abril, cuando entre el 14 y el 16 de ese mes la tasa se situó en 2.705,34 pesos. Para julio, la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República prevé que el mes cerrará con un dólar que rondará los 2.875,79 pesos, podría llegar a 2.804 pesos en su valor más bajo y el más alto en 2.949,52 pesos (ver Origen).

La información de la Andi es aún más diciente si se tiene en cuenta que el Emisor espera para el cierre de año que el promedio esté en 2.902,22 pesos, aunque prevé un máximo de 3.150 pesos y mínimo de 2.680 pesos.

En fin, la tasa de cambio tiene ganadores y perdedores. Un dólar barato le sirve a las empresas para endeudarse en esta divisa o hacer compras en el exterior, pues tendrán que pagar menos pesos por cada dólar que requieran.

La otra cara tiene que ver con los exportadores o los que reintegran divisas por sus servicios prestados o bienes vendidos. A estos les sirve un dólar caro, pues ingresarán a sus cuentas más moneda local por cada dólar pagado. “ Una diferencia de 20 o 50 pesos sí puede hacer mella en sectores como flores, café y banano, e incluso el sector textil”, dijo Rendón.

Tipos de derivados

El instrumento preferido como cobertura, según la Eoic, es forwards, con un 86,9 % de uso. Un término que no tiene traducción, pero, según explicó Andrés Mora, jefe del departamento de finanzas de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universidad Eafit, con este se adquiere la obligación de compra o venta de un activo en un tiempo determinado y precio específico, como dólares.

Si un empresario requiere hacer una cobertura de divisas puede pactar el precio con una institución financiera para obtenerlo en el lapso previsto. “Si con ese precio se pueden cubrir los costos de la operación y queda un margen justificable, solo resta esperar y después la entidad pagará o recibirá el precio pactado (…), con esto el flujo de caja está asegurado”, dijo Mora.

Los futuros, que son los segundos predilectos con (22 %), se distinguen porque se negocian en “mercados organizados, regulados y estandarizados (…) no es solo con una entidad financiera como los forwards”, dijo Mora. Hay costos de transacción, márgenes (inicial, diarios), para empresas más grandes.

Las opciones, con 17,2 % de preferencia, son un instrumento que dan el derecho, pero no la obligación, por eso tiene un alto costo, que permite declinar esa alternativa en caso de que el mercado tenga un mejor precio. Y los swaps, con el mismo margen de uso (17,2 %) de la Andi, “protege más los flujos de ingreso y salida de divisas”, por tipos de interés específicos, aclaró Rendón.

Más alternativas

Hay quienes prefieren la cobertura natural, en la que se “calzan las cajas” de los ingresos y salidas de divisas. Por ejemplo, se puede dar cuando una empresa que decide exportar flores y requiere comprar un insumo por el mismo valor y tiempo de pago de su operación. Así, sin importar qué sucede con la tasa de cambio, el dinero recibido será igual al que deberá entregar por su compra en el exterior, en los tiempos previstos.

Y otra alternativa, tiene que ver con el endeudamiento en el exterior. “Esta requiere tener credibilidad internacional y contacto con la banca de otros países”, aclaró Mora.

Finalmente, Rodrigo Patiño, gerente regional Antioquia de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), aseguró que otra manera de enfrentar el riesgo cambiario son las cuentas de compensación “que permite no sólo recibir y pagar sin monetizar, es decir sin riesgo cambiarío, sino que además se puede monetizar en el momento en que mejor esté la tasa en Colombia y está figura no tiene vencimiento de términos”.

Fuente: El Colombiano.com    

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Última actualización: 25 de julio de 2024

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