Para cualquier emisor regular de deuda, mantener un buen rating de crédito es uno de los objetivos fundamentales de la administración financiera ya que de éste depende en gran medida el costo de fondos y la facilidad de obtener recursos en el mercado de capitales. Esta afirmación se torna más crítica en el caso de los gobiernos soberanos que, en su gran mayoría, se mantienen permanentemente activos en los mercados de deuda.
Aunque dentro de las calificaciones existen muchos niveles de riesgo, hay un punto donde el nivel de la calificación implica una diferenciación muy importante de precio; lo que es comúnmente conocido como «investment grade». Para dar un ejemplo, la diferencia promedio que existe actualmente en el mercado entre el costo de deuda para un bono BBB y uno BB es de 215 puntos básicos, lo que implica un sobrecosto considerable para los emisores de deuda especulativa. La distinción que existe entre BBB y BB es crítica para los inversores ya que muchos inversionistas institucionales no pueden tener en su portafolio papeles que tengan una calificación de riesgo inferior a BBB. En el caso de Colombia las calificaciones de riesgo soberano se encuentran en promedio un grado por debajo de categoría de inversión, es decir en BB+ (Ba1) con perspectiva positiva.
Lo que está sucediendo en este momento en el mercado es que hay una discrepancia entre lo que el mercado percibe como riesgo país y las calificaciones de riesgo emitidas por las calificadoras. Uno de los movimientos más interesantes es el cambio de percepción entre el riesgo de los países de América Latina y los países del sur de Europa, como se puede observar en la siguiente gráfica que compara la evolución del costo en puntos básicos en el último año de asegurar la deuda soberana de Brasil y España por un periodo de cinco años:
Fuente: www.dinero.com
Fecha de publicación: 02/03/2011